jueves, 1 de septiembre de 2011

CAPITULO 2.

Se siente mal. Como si las palabras de Alaia hubiesen sido un veneno letal. Un hachazo. Un hachazo directo al corazón.
Aunque las inmensas ganas de volver con ella le aparecieron de nuevo hace un mes, en realidad nunca la ha olvidado. Por cada fecha importante la mandaba un mensaje. Con intenciones. Con claras intenciones.  Pero ella nunca ha sido capaz de contestarle ninguno.
-Iker – alguien susurra – es de parte de Carol.
El chico que en clase ocupa uno de los pupitres de la penúltima fila, gira su cabeza para recibir la notita.
La desenvuelve. Aunque no es fácil. Parece doblada a conciencia.
<<Guapo, ¿te parece si quedamos esta tarde en mi casa? Ya sabes donde vivo>>
Lo lee un par de veces.
“Esa chica no se cansa nunca”.
La observa desde la otra punta de la clase. No está mal. Es guapa. Pero no tanto como Alaia. Cada vez que lo piensa, no sabe cómo pudo ser capaz de dejar pasar la oportunidad que tuvo con la chica que siempre le gustó, Alaia. Y aunque sea el chico más deseado del instituto, él solo se ha enamorado una vez, y cuando aquello se dio cuenta de cómo en un tan solo segundo todo aquel tiempo que estuvieron juntos no sirvió de nada. Y no fue por causa de Alaia. Toda la culpa fue de él. Toda, toda, todísima.
Hace un año y tres meses.
-Si en verdad te gusta esa chica tienes que decírselo – le anima Jon, mientras da unos toques con el balón.
-No creo que la guste –
-¡Que dices tío! Todas están locas por ti. ¿Por qué iba a ser ella menos? –
-Porque ella es especial –
-Al final son todas igual de facilonas –
Iker le coge por el pecho.
-¿Pero que haces tío? ¿Estás loco? –
-No hables así de ella, ¿estamos? –
Jon asiente. Sabe que no le conviene llevarse mal con Iker, ya que es el chico más popular del instituto. Y tener un problema con él, sería como tenerlo con todo el colegio.
Le suelta bruscamente.
-Lo siento tío – intenta recuperar el aliento – dila lo que sientas.
Reúne todas las fuerzas posibles y se dirige a la chica que quiere. A cada paso que da, le acompaña una duda. ¿Está enamorado? Quizá eso sea exagerar. Mira al frente, y siente como sus miradas se cruzan. Algo se le revuelve en su interior. Definitivamente, no es una exageración.

Alguien consigue despertarle de sus pensamientos. Devolverle a  la clase de Biología.
-No me has contestado la nota – sonríe Carol, que aparece ante él.
-He tenido otras cosas mejores que hacer – revuelve en su cajón, intentando encontrar los libros para la siguiente hora; Inglés.
-Si no has hecho nada durante toda la clase – exclama ella, casi indignada.
-Pensar, ¿te parece poco? – está agobiado, y transmite esa misma sensación.
-¿Y ni siquiera has pensado en venirte esta tarde a mi casa? – sonríe pícara y se aproxima para besar los carnosos, apetecibles y perfectos labios de Iker.
-¿Pero que haces, loca? – el grito que acaba de lanzar él, retumba en la clase. Mientras, hace lo posible para detenerla y perderla de vista – Ya te he dicho que NO unas mil veces, no seas pesada, no te quiero a ti, quiero a Alaia – se dirige a ella una última vez. La clase, no se cree lo que sus oídos acaban de escuchar.
Y aprovechando el cambio de hora, se dirige al baño. Está harto de todo y de todos.
Camina por el pasillo con la mirada fija en la nada. Entonces alguien le agarra de la mano, y sin que se lo espere, se da cuenta de que ese no es el baño de los chicos.

viernes, 26 de agosto de 2011

CAPITULO 1.

<<Hola Alaia, ¿cómo estás? Bueno, en realidad...yo solo quería decirte que me arrepiento mucho de lo que pasó. De lo que te hice. Sé que estuvo mal y que no te lo mereces. Te quise mucho y te sigo queriendo>>
Relee aquel mensaje. No se cree lo que sus ojos están viendo. ¿Cómo puede ser posible? ¿Otra vez vuelve a aparecer en su vida? No una vez más no, por favor.
Le acaba de pedir el móvil a Kathy, es la única que tiene internet incorporado. Pensaba meterse al Tuenti para revisarlo, pues la clase de historia está siendo realmente aburrida. Y cuando ha conseguido cargar la pagina principal, ha visto ese mensaje que para nada se esperaba. Algo recorre su interior. ¡Otra vez esas estúpidas mariposas!¡No¡ Sabe que no puede ser.
Hace tres meses. Recuerda.
Nueve menos diez de la mañana. Martes. Pero no un martes cualquiera.
-Hoy hago un año con Iker – esboza una gran sonrisa.
-Lo sabemos Alaia, muchas felicidades – reconocen sus amigas.
-Todavía no ha venido al colegio – asiente preocupada.
-Lo hará enseguida – intenta animarla Cameron – y  ya verás como en cuanto entra, va directo a ti.
Se sienta en uno de los bancos. No sabe si espera a su novio o a que suene el timbre del colegio.

Entra como siempre por la puerta principal. Sí, le encanta esa postura que lleva de costumbre y la etiqueta del “malote del colegio”. Se sube los cuellos de ese niqui color azul, que destacan junto a sus ojos celestes. Y se dirige a su novia. Sonríe mientras la besa.
-Hola mi niña, un añito ya – rodea la cintura de Alaia con sus brazos.
La chica sonríe y le vuelve a besar. Nunca se cansaría de hacerlo, no sabe lo equivocada que estará dentro de unos minutos.
De repente suena un movil. Un mensaje que cambiaria todo. Es el de ella, que esta vez interrumpe la escena romántica que el malote y la chica preciosa del instituto están mostrando a todo el colegio.

Hacen una pareja perfecta. El punto de travieso que tiene él, se complementa perfectamente con la peculiar personalidad de ella. Y parece ser que se entienden a la perfección.
No sabe porqué pero en ese instante algo está pasando entre la pareja. Nicole no es que vea mucho de lejos, aunque sí lo suficiente como para ver como una de sus mejores amigas, acaba de pegar una bofetada en la cara a su novio, y envuelta en lágrimas se deshace como puede de aquel agrio momento.
-No te preocupes – intenta animarla Sara.
-No sabe lo que se pierde, ¡olvídale! – propone Cameron que intenta no darle mucha importancia al asunto. Pero ninguna se imagina lo mal que lo está pasando la afectada.

El timbre que indica el recreo la despierta de sus pensamientos. Antiguos recuerdos. Que forman parte del pasado. De su antigua vida.
Sale de clase, si definitivamente, ese mensaje que ha recibido en su Tuenti no lo esperaba para nada, y aunque comparta el mismo instituto que su ex novio, hasta ahora y después de lo que pasó, se habían tratado como dos desconocidos.
Pisa el patio. Libertad. Sí, durante...media hora. No durara mucho tiempo esa sensación.
Espera en un banco sentada a que sus cuatro mejores amigas bajen de clase.
-Alaia, ¿puedo hablar un momento contigo? –
Parece ser que tiene compañía.
Asiente con la cabeza, está confusa.
-¿Has visto mi mensaje? –
-Sí...Lo leí en clase, me conecté por el móvil... –
-Y... –
-¿Y que Iker? ¿Que quieres que te de un beso de la emoción? –
-No estaría mal –
-Veo que desde que lo dejamos no has cambiado –
-Yo... – coge fuerzas donde no las hay – yo, lo siento mucho, de verdad, fui un estúpido.
-Un completo estúpido, sí – Se levanta de aquel banco, dispuesta a irse. No quiere escuchar ninguna mentira más de la boca de su ex.
-De verdad Alaia, ¡yo te quiero! – Iker va detrás ella, a donde quiera que sea donde esta se dirige.
-¿A mí y a cuantas más? –

jueves, 25 de agosto de 2011

Prólogo.

" Alaia es la protagonista de esta historia que tantos imprevistos causara en su vida. La afectara algo tan importante como la separacion de sus padres. Los encuentros espontaneos con su ex novio seran sus comeduras de cabeza y si a eso le sumamos los obstáculos que le va poniendo el destino en su camino hacia la felicidad...Sus amigas seran fundamentales en su vida, pero...¿Tanto como ella cree? "